El viernes el suplemento Si! de Clarín publicó una nota firmada por Nicolás Artusi, en la que se especula acerca de la posibilidad de que las grandes discográficas que operan en nuestro país empiecen a demandar judicialmente a los usuarios argentinos de las redes P2P (y que descargan obras de su repertorio, claro está). Hay opiniones de Eduardo Schmidt (Arbol) y de Daniel Melero, cuyo próximo disco, Acuenauta, se distribuirá gratis a través de la web.
Por ahora, las corporaciones se limitaron a enviar una advertencia a los usuarios de Kazaa (ya que consideran que la mayoría de las descargas musicales se realiza a través de esa red), que reza lo siguiente: “Se ha detectado que desde su computadora se pueden estar poniendo a disposición de terceros archivos de música que contienen obras e interpretaciones protegidas por los derechos de propiedad intelectual. Los softwares peer-to-peer como el que usted usa permiten que los archivos de música almacenados en su computadora sean de acceso público. Es importante que usted esté informado de que esta conducta podría dar lugar a acciones legales por parte de los titulares de derechos de acuerdo con nuestra legislación vigente“.
Por su lado, INFOBAE también le dedicó espacio a la noticia, con el título Los usuarios argentinos de Kazaa, acorralados.
Después de contarnos acerca de la advertencia, la misma nota del suplemento de Clarín nos adelanta que EPSA y DBN, las dos principales distribuidoras de discos en nuestro país, lanzarán sendas tiendas virtuales en las que será posible descargar canciones legalmente, merced a un acuerdo con discográficas ya mencionadas. A primera vista parece una buena noticia, pero si se sigue leyendo el entusiasmo empieza a decaer: cada canción se venderá a $3,50, es decir, a un precio mayor que en Estados Unidos. Teniendo en cuenta que en iTunes una canción se vende a un dólar, uno hubiera pensado que sus contrapartes argentinas iban determinar un precio acorde con nuestro bolsillo, pero no fue así.
Si en cambio se compra un disco entero, dicen, costará un 20% menos que en las disquerías, que suelen vender los álbumes de moda a 28 o 29 pesos. ¿$23 por vender un disco online, o sea, sin duplicar el CD, sin transportarlo, sin imprimir el arte de tapa, sin la “cajita”, y sin la ganancia de la disquería? Me da la impresión de que el margen de ganancia de este nuevo modelo de negocios será mayor, aunque dudo que los músicos sean quienes reciban los ingresos extra…
Update 6/11/2005: Hoy Clarín publica, en su suplemento económico, una nota de la agencia Bloomberg que afirma que el negocio de las descargas no resulta tan lucrativo como la industria hubiera deseado. El dato: en cinco meses, las ventas en Estados Unidos se estacaron en poco más de 6 millones y medio de descargas, al mismo tiempo que aumenta sin cesar la venta de iPods y reproductores MP3, y bajan las ventas mundiales de CDs (un 6,7% en el último año). En la nota, un analista europeo de la firma SG Securities recomienda vender acciones de la discográfica EMI, la tercera más grande del mundo.
Update 9/11/2005: leyendo Denken Über veo que La Nación también se hizo eco de la noticia. Allí se agrega que los archivos contendrán tecnología de DRM de Microsoft, y que para pagar las canciones habrá medios alternativos a la tarjeta de crédito. En el caso de DBN, será a través de tarjetas prepagas que se venderan en los kioscos, y en el caso de EPSA se podrá pagar a través de la factura de Fibertel, merced a un acuerdo realizado con dicho ISP.
Update 10/11/2005: Eduardo Fabregat escribe y opina en Página 12 sobre este tema.
Update 15/11/2005: finalmente, hoy se supo que CAPIF demandó judicialmente a 20 usuarios argentinos de redes P2P.
Update 18/11/2005: Fabregat escribió otro artículo en Página 12 en el que entrevista al director ejecutivo de CAPIF. Jorge Gobbi también opina sobre el tema en su blog.