Grokster y Morpheus, responsables

La noticia dio la vuelta al mundo, y no es para menos. La corte suprema de Estados Unidos falló en contra del software de intercambio de archivos Grokster y StreamCast Networks (desarrolladora de Morpheus) en el juicio iniciado por la MGM. Si bien a primera vista esto parece una victoria de la industria discográfica y cinematográfica contra las redes P2P (y así ha sido reflejado en muchos medios de prensa), el fallo se cuida muy bien de aclarar que su decisión de aceptar los cargos se debe exclusivamente a que estas empresas, con sus acciones, fomentaron el intercambio de archivos protegidos con copyright. De esta manera, está diciendo que las redes y el intercambio de archivos en sí mismos no constituyen una actividad ilegal.

Entre los motivos que condenaron a Grokster y Morpheus, podemos destacar los siguientes:
En 2001, StreamCast distribuyó el clon open-source de Napster, OpenNap. Según el fallo, lo hizo para obtener una base de datos de e-mails de potenciales usuarios de Morpheus una vez que Napster dejara de existir. Eventualmente, utilizaría también las redes de OpenNap para distribuir su nuevo software.
Muerto Napster, StreamCast promocionó su nuevo software como la mejor alternativa a Napster. Grokster llegó incluso a enviar e-mails a sus usuarios promocionando sus bondades para bajar tal o cual canción protegida con copyright.
El modelo de negocios de ambas empresas depende de la publicidad. Mientras más usuarios utilizan el sistema, más dinero obtienen. Teniendo en cuenta esto, documentos internos de las empresas revelaron que tenían por objetivo lograr que en sus redes estuvieran disponibles los archivos protegidos más búscados por los usuarios.
Por último, el fallo también señala que las empresas no hicieron nada por impedir que archivos protegidos se distribuyeran en sus redes.

Mi impresión después de haber leído superficialmente el fallo es que la corte pone bastante énfasis en la naturaleza comercial de ambos programas, y que muchos de los criterios expuestos allí no podrían aplicarse a otros programas de intercambio, como ser BitTorrent.

A continuación, links hacia diferentes coberturas sobre el tema:
Denker Über / Slyck / ALT1040 / Clarín / New York Times / El País / CNN / News.com / The Register

Licencias CC de sampleo

La semana pasada hablábamos de las diferentes licencias Creative Commons que los músicos pueden utilizar para distribuir sus obras en Internet u otros medios. Allí omitimos mencionar que existen unas licencias CC específicas para la música grabada, en las cuáles el autor de la grabación permite que la misma sea sampleada libremente. La licencia “sampling” admite que los usuarios tomen y transformen cualquier parte de la obra con cualquier fin excepto la publicidad, y no admite la copia de la obra entera. La licencia “sampling plus”, en cambio, permite además la copia y distribución de la obra entera. También existe la licencia “noncommercial sampling plus”, que permite tomar y transformar la obra con fines no comerciales.
Leyendo el blog 16-bits, nos enteramos de que la revista Wired distribuyó a fines del año pasado un CD con música de diferentes artistas, entre los que se encuentran David Byrne, Beastie Boys, Spoon, Gilberto Gil, Dan The Automator y Cornelius. La novedad es que los temas se publicaron utilizando licencias “sampling plus” y “noncommercial sampling plus”, de manera tal que cualquier persona puede samplearlos, hacer mash-ups, compartirlos en redes de intercambio, copiarlos, etc. Los MP3 se pueden bajar en forma individual o mediante un torrent.

Pampa Salvaje

Desde su blog, el periodista Eduardo Fabregat anuncia su nuevo programa de radio, que se transmitirá el domingo 3 de julio de 21 a 24 por FM Spika (103.1). El nombre del ciclo es Pampa Salvaje y contará con la presencia Lucas Ribaudo, antiguo compañero de Fabregat en experiencias anteriores que se recuerdan con nostalgia en el post. Desde aquí le deseamos mucha suerte y esperamos que en el programa se le de espacio a bandas y solistas indie, que tan poca difusión obtienen en los medios tradicionales.

Creaciones para todos

El software libre, tal como lo explica Richard Stallman, da a los usuarios una serie de libertades, entre las que se encuentran la posibilidad de ejecutar un programa, estudiarlo, redistribuir copias de éste, adaptarlo a sus necesidades, y mejorarlo, de manera que dichas mejoras puedan beneficiar al resto de la comunidad. Tal fue el éxito de esta nueva filosofía de distribución, que ya existen miles de aplicaciones libres, muchas de las cuales son capaces de realizar las mismas tareas que sus contrapartes propietarias o cerradas.
Ahora bien, ¿qué tal si se pudieran aplicar algunos conceptos del software libre u open source en otras áreas de la creatividad humana, como la literatura, el cine o la música? La respuesta llegó de la mano de Creative Commons, una organización que brinda a los autores varios tipos de licencias con las cuales distribuir sus obras, y de este modo, evitar a quienes quieran hacer uso de ellas tener que pedir permiso cada vez. Por ejemplo, una banda de rock puede distribuir sus canciones a través de su sitio web, aplicándoles la licencia “attribution”, que permitirá a quienes las descarguen utilizarlas en cualquier otro medio y con cualquier propósito, siempre y cuando se les atribuya su autoría. Otro tipo de licencia, llamada “no commercial”, asegura a los autores que sus obras no serán utilizadas con fines comerciales; y también existen las licencias “no derivative” (que permite la distribución de la obra siempre que no se hagan derivados de ella) y “share alike” (que le asegura al autor que las obras derivadas de la suya serán distribuidas utilizando la misma licencia). Por supuesto, los distintos tipos de licencia se pueden combinar entre sí, para dar más libertad a los creadores.
Al igual que ocurrió con el software libre, el uso de las licencias de CC está en constante crecimiento, y son los autores de muchos blogs los primeros en adoptarlas en forma masiva. También las están utilizando empresas más grandes, como el directorio de fotografías Flickr, que permite a sus usuarios adosarles una licencia CC a sus fotografías, o el sello discográfico online Magnatune, que brinda a grupos y solistas la posibilidad de subir sus canciones en formato MP3 y distribuirlas con este tipo de licencia. Incluso Yahoo! lanzó un buscador específico para este tipo de material, que aún se encuentra en etapa de prueba.
En España, me entero gracias a Pablo Tossi, el grupo La Vaca Güano acaba de lanzar Retrato Difuso, un disco que se puede bajar íntegro desde su sitio web y se distribuye con una licencia CC no comercial.
En la Argentina, el proyecto para traducir y adaptar las licencias a nuestra legislación es llevado adelante por Ariel Vercelli y Pablo Palazzi, quienes desde la Fundación OSDE están trabajando para que los creadores de nuestro país puedan hacer uso de esta gran herramienta.